Pasó un nuevo Wacken Open Air, que para nosotros no fue uno más, ya que fue el primero luego de la pandemia. Aquí los detalles y crónica de viaje.
Aprovecharemos este espacio para realizar una (intentaremos breve) crónica de nuestro viaje a Europa, centrados obviamente en los días en Wacken y la presentación de Forastero Western Metal, pero también en la semana siguiente, donde además de hacer “un poco de turismo”, concurrimos al festival Brutal Assault, en República Checa.
Nuestra aventura comenzó en el Aeropuerto de Carrasco, el sábado 29 de Julio, cuando partimos por Latam rumbo a San Pablo la “delegación” de 12 personas (los 4 músicos, 3 novias y 5 personas que los acompañábamos y luego seguiríamos viaje). A ellos agregar dos amigos más que viajaban horas después en vuelos de Iberia y Air Europa respectivamente, para encontrarnos allá.
Como decíamos, volamos a San Pablo (2 horas y media), y luego una escala de 4 y media más, tomamos el vuelo de Lufthansa rumbo a Frankfurt, (otras 11:30 horas).
Llegamos al aeropuerto principal de Alemania el domingo en la mañana, y luego de los trámites correspondientes, tomamos un tren para realizar nuestro último tramo (de otras 5 horas) hasta Hamburgo, que nos recibió con lluvia, algo que, según nos comentaron, había sido una constante en el norte alemán durante las dos semanas previas.
Esa noche pudimos salir a recorrer poco de la ciudad, siendo nuestro destino final el famoso club “Night Light” en el barrio Sankt Pauli.
Al día siguiente (lunes 31) hicimos la clásica recorrida por Hamburgo (buena parte del día con lluvia), y nos preparamos para el día siguiente. Durante el día se nos sumaron a la “delegación” dos uruguayos más que viven en España y así completamos las 16 personas.
El martes 1 de agosto, como es costumbre en nuestros viajes, fue el día elegido para ir a la “Tierra Sagrada”. Por un lado, la banda fue en el transporte oficial del festival, mientras que el resto hicimos el viaje “normal”: De Hamburgo en tren hasta Itzehoe, y ahí tomamos el “shuttle” hacia Wacken, que a diferencia de nuestro viaje anterior (2019), este año viajamos más cómodos, con menos gente.
Una vez llegamos a Wacken, armamos el “campamento yorugua” y dedicamos el resto del día a visitar el pueblo y realizar las primeras compras. En cuanto al camping, si bien ese día llovió poco, el barro ya era un problema.
El miércoles arrancó el festival, aunque con algunos contratiempos: Para empezar, se suponía que a las 10 AM se abrían el ingreso al público general, y a las 11 comenzaba el Metal Battle. Si embargo, por el estado del piso (el barro ya era lodo), se decidió esperar unos minutos para abrir. A esto agregar que comenzó a llover en el momento que las primeras bandas (Suecia y Dinamarca) estaban probando sonido, por lo que todo se postergó.
Por tanto, a los promotores y jurados del Metal Battle que estábamos ahí, nos avisaron que “las 3 primeras bandas” habían sido postergadas, y que más tarde nos iban a avisar qué se resolvía, así que, teníamos un rato libre, por lo que la mayoría fuimos ir al nuevo sector “Wacken United”, una versión mejorada del viejo sector “VIP/Press”.
Ahí nos quedamos un rato hasta que nos avisaron que antes de ir a los escenarios fuésemos al “Metal Battle Lounge” (una carpa dentro de este sector), donde íbamos a tener una reunión informativa al respecto del Metal Battle.
En esta reunión, nos comunicaron que la organización había resuelto que las primeras 5 bandas no iban a concursar este año (Suecia, Dinamarca, Bélgica, Turquía y Argentina), pero que la organización iba a asumir los gastos para que pudiesen presentarse en 2024 como parte de la grilla (no concursando en el Metal Battle). En principio la idea sonó bien, pero luego, razonándolo un poco, para algunas (particularmente Argentina y Turquía), la idea no era tan viable: Una cosa es una banda de países relativamente cercanos (como las primeras tres), y otra el caso de Argentina o Turquía, que tenían un viaje muy largo (y costoso), y no sólo venía la banda, sino amigos y novias que hicieron un esfuerzo económico muy grande para acompañarlos, así que ahí empezaron las conversaciones.
El resto de los promotores fuimos a los escenarios a ver las bandas restantes, pero el clima nuevamente jugó una mala pasada, así que las bandas de Francia y Letonia, si bien llegaron a realizar la prueba de sonido, tampoco pudieron tocar, con lo que, las bandas “postergadas” terminaron siendo siete.
Finalmente, casi a las 2 de la tarde, pudo presentarse la primera banda, Left Óvr de Puerto Rico, y de ahí en más se cumplió con los horarios pactados, tanto ese día como el jueves (si bien en algunos momentos llovió, pero no tan fuerte).
Ese primer día, el Metal Battle terminó pasadas las 18:30, tal cual estaba previsto, y cabe reiterar, que el barro por momentos complicaba bastante la cosa.
También durante esa tarde, fue que recibimos la “noticia” que la organización estaba exhortando a que la gente no fuese a Wacken, que habían cerrado el acceso al público. Se hablaba de un gran embotellamiento en la ruta de acceso, y no permitían el ingreso de más gente, debido al estado del tiempo y el suelo. Incluso alguien llegó a comentar que cerca de 40 mil personas quedaron afuera, aunque luego, teniendo en cuenta la cantidad de gente que se vio los días siguientes, en lo personal, estimo que no más de 10 mil personas hayan quedado afuera.
El resto de ese miércoles pasó sin mayores complicaciones en cuanto al programa, comenzaron a presentarse las bandas que estaban programadas en los diferentes escenarios en los horarios anunciados.
El jueves arrancó nuevamente con lluvias, de a ratos paraba, lo cual hizo empezar a dudar sobre el inicio del Metal Battle, pero afortunadamente, todo pudo iniciar con normalidad (dentro de lo posible). ¡Ni que hablar de los nervios que había de parte de nuestra banda Forastero Western Metal, que se presentaría unos minutos luego del mediodía! Pero como si alguna “fuerza exterior” estuviera haciendo fuerza, minutos antes de subir al escenario, el cielo se despejó (luego volvió a llover un par de veces durante el día).
En cuanto al show, la banda se las arregló para meter en los 20 minutos reglamentarios, tres temas y una intro especialmente preparada, donde iban ingresando uno a uno los músicos, para luego tocar “Fuckin’ Beer”, “El Duelo” y cerrar con “Forastero”.
En líneas generales el show salió muy bien, se notó que fue todo preparado y cronometrado al segundo durante las semanas previas, algo que muchas veces las bandas no están acostumbradas (o interesadas).
En cuanto al público, además de los uruguayos presentes, y muchos latinos (sobre todo mexicanos que siempre acompañan), creemos que la banda gustó. Incluso al final se obsequiaron varios discos y stickers a los presentes.
Volviendo al Metal Battle, el resto del día transcurrió con total normalidad, y se pudieron presentar las 12 bandas programadas para esa segunda jornada.
Luego de los shows, los jurados debíamos ir a votar, y ahí nos enteramos, que luego de varias “negociaciones”, se había resuelto que en los escenarios del concurso, pero a partir de medianoche, se presentarían tres de las bandas postpuestas, entre ellas NVLO de Argentina, con lo que, la votación se atrasaría hasta luego de culminadas dichas bandas sobre las 2 AM, y así sucedió.
Para el viernes, el evento principal (además del show de Iron Maiden), era la conferencia de prensa donde se anunciarían las cinco bandas ganadoras, y el ranking quedó de la siguiente manera: Puesto 5 : Diesanera (Italia). Puesto 4: Andrelamusia (Israel), Puesto 3: 0% Mercury (Ucrania), puesto 2: Aneuma (España) y Puesto 1: Phantom Excaliver (Japón).
Como todos los años cada uno tendrá su gusto personal, y su “corazoncito”, pero más allá de lo anecdótico del resultado, lo importante es haber llegado a dar un show sin dudas inolvidable para las 30 (o 26) bandas. Y en el caso de nuestro país, haber podido presentar una banda por quinta vez, es un orgullo muy importante.
Tanto esa noche, como el sábado, fueron dedicados a disfrutar de los shows, y del entorno, sabiendo que una vez más, una banda uruguaya había dejado bien en alto la bandera del metal nacional.
Como dato adicional, comentaremos que Forastero Western Metal fue acompañada durante todo su viaje por el camarógrafo Pablo Camacho (PC Films) quien además de ser quien realizó la totalidad de los videoclips de la banda, estuvo registrando todo el periplo por tierras alemanas, con el fin de editar un documental al respecto.
A modo de cierre en lo que respecta al Wacken, y siendo esta la primera vez que fuimos post-pandemia, queremos hacer una observación: El festival ya no es lo que era antes, no en cuanto a organización (que sigue siendo impecable), sino en cuanto a otras cosas que han cambiado (creo) para mal. Lo principal, lo que más se extrañó este año, fue la “Full Metal Bag”, aquella mochila que se regalaba a todos los asistentes, conteniendo infinidad de souvenirs (stickers, imanes, parches, tarjetas, posters, etc). Este año se podían conseguir la mayoría de aquellos regalos, pero cada cosa debía comprarse por separado, con precios variables.
También el precio de las entradas: En 2019 salían 240 euros. Luego, durante la pandemia, con aquello que habían agregado un día extra “optativo”, al precio de 66,6 euros, ya para 2021 esto había quedado institucionalizado. Este 2022 las entradas estaban por los 299 euros, y para 2023 nuevamente aumentaron a 333 euros.
Además, otra cosas que cambió es el sistema de acreditaciones: Años previos, a cada invitado o medio, se le solicitaba una “donación” para la Wacken Foundation de 30 euros. Para este año, se impuso un “fee” (obligatorio) de 40 por persona. A esto agregar que el viejo sector “VIP/Press”, hoy rebautizado como “Wacken United”, fue abierto al público en general, a 100 euros por día, o 300 por los cuatro (no sé si alguien haya pagado esto).
Y otra cosa muy notoria: Históricamente, el Metal Battle se llevó a cabo dentro de una carpa (W:E:T: Stage). Incluso en 2019 se armó una segunda carpa (History), pero luego de la pandemia, y por «razones sanitarias»; en 2022 se optó por dejar los escenarios WET Stage y Headbangers, al aire libre. Para este 2023 esto siguió, lo que nos hace pensar que (sin saberlo), en 2019 fuimos testigos del último año de vida de las carpas. Más allá de los motivos expuestos en 2022, éste era un buen lugar para resguardarse del clima (lluvia, frío o calor), además que daba un marco más adecuado para un show de metal en cuanto a la oscuridad reinante. Esperemos que revean esta medida, y se pueda volver a los shows en lugar techado.
En resumen, se han perdido muchos “extras” que también hacían que este sea un festival diferente. Entendemos que los dos años sin festival fueron muy duros económicamente, al punto que (según nos comentaron), parecería ser que los dueños del festival tuvieron que vender el 51% del paquete accionario a un grupo extranjero (no alemán), con lo que, ya no sería organizado y administrado por la gente de toda la vida. -Ojo, esto no es información oficial, fue un comentario que me llegó (por varias fuentes), pero de ser así, podría justificar los cambios que sucedieron.
En lo personal, sigo pensando que el Wacken Open Air (por lo menos hasta ahora), sigue siendo un “must go” para todo metalero del mundo. Si tenés oportunidad de ir, aunque sea una vez, no te lo pierdas, más allá de lo antes dicho.
Dicho esto, espero que la organización se de cuenta a tiempo que la gente va a Wacken por la experiencia más que por las bandas (pero, “a no dormirse” con el cartel). Por otra parte, hay cada vez más festivales en el resto de Europa que le están haciendo mella, y si a eso le sumamos que “la experiencia” ya no es la misma, a la larga puede terminar siendo negativo.
Pero dejemos atrás tanta reflexión, y sigamos con el viaje:
Luego de esos 5 días en Wacken, como es costumbre, el domingo emprendimos el regreso a Hamburgo, y de ahí las 14 personas que habíamos salido de Carrasco (incluida la banda) seguimos viaje rumbo a Berlin, donde pasamos la tarde-noche del domingo y todo el lunes, recorriendo las principales atracciones de la capital alemana.
Para el martes, la banda (y acompañantes), emprendieron regreso a Uruguay, mientras que el grupo de 6 que quedábamos, y tal cual hacemos cada oportunidad que vamos, seguimos viaje, en esta ocasión hacia Repúbica Checa, previa escala turística en Potsdam, y luego en Dresden.
Cruzamos la frontera Alemania-Chequia, y finalmente llegamos a Praga pasadas las 11 de la noche. Si bien el plan era ese día seguir hasta Fortress Josefov (unos 140 km más), finalmente decidimos pernoctar en la capital checa, y salir a primera hora, cosa que hicimos, y el miércoles sobre las 9 AM estábamos llegando a Josefov, que es una fortificación del siglo 18, y que desde hace más de 25 años, en el exterior de su muralla se lleva a cabo el festival Brutal Assault.
Si bien no es el objetivo de esta nota hacer una review del show, sí podemos decir que es un lugar que vale la pena conocer, no sólo por las bandas (un cartel más extremo que Wacken sin dudas), sino fundamentalmente por el entorno, la organización, y todos los “extras” que aportan (y mucho) a la experiencia.
El Brutal dura cuatro días (igual que Wacken), de miércoles a sábado, y esta fue la edición número 26, y más allá de algunas cancelaciones a último momento (en lo personal dos de las que más me interesaba: Anthrax y Over Kill), igualmente fue un festival que disfruté mucho, tanto de las bandas, como de la experiencia de ir descubriendo de a poco cada “recoveco” que la fortaleza tiene para ofrecer, y la ventaja fundamental con respecto a Wacken es que las distancias son muy cortas, y la cantidad de gente muchísimo menor, con lo que no se hace tan pesado ir de un escenario a otro.
Pero como decíamos, el comentario de este festival será objeto de alguna review en otro medio. El fin de esta nota fue contar (brevemente) lo que fue nuestra experiencia en este Wacken 2023, con la quinta banda uruguaya en presentarse en la “Tierra Sagrada”, y esperamos haberlo logrado.
Ahora viene la tradicional “pausa”, para volver a reencontrarnos a fines de 2024, para ya ir preparando el Metal Battle Uruguay 2025. Estén atentos.
Ah!!
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